SABORES EN ESTOCOLMO

La gastronomía en Estocolmo es un viaje fascinante que refleja la diversidad y tradición de la cultura sueca, fusionando lo clásico con lo moderno. Uno de los platos más emblemáticos que probé fueron las albóndigas suecas (köttbullar), servidas con puré de papas, una cremosa salsa marrón y un toque de mermelada de arándanos rojos. Esta combinación de sabores dulces y salados es uno de los platos más representativos de la cocina sueca, y realmente me sorprendió cómo la sencillez de los ingredientes se transforma en un plato reconfortante y delicioso.

Me aventuré a probar también el tradicional smörgåsbord, un buffet que incluye una amplia variedad de platos fríos y calientes: arenques marinados en distintas salsas, salmón curado, patés, quesos y panes crujientes. Cada bocado me llevó a un viaje culinario por los sabores del norte de Europa, donde los ingredientes frescos y de alta calidad se combinan para ofrecer una experiencia única. En mercados locales como el Hötorgshallen, descubrí una gran variedad de productos frescos y platos preparados que reflejan la multiculturalidad de la ciudad, con influencias de Asia, el Medio Oriente y más allá, todo mientras se mantiene la identidad sueca.

Para los amantes de los dulces, no se puede dejar de probar el kanelbulle, el famoso rollo de canela sueco, que se disfruta mejor acompañado de una taza de café en una fika, la tradicional pausa para el café. Los suecos también tienen una gran pasión por los postres de cardamomo y mazapán, los cuales se pueden encontrar en muchas pastelerías. Si buscas algo más sofisticado, Estocolmo también ofrece una escena gastronómica moderna, con restaurantes con estrellas Michelin y espacios de cocina fusión que proporcionan experiencias culinarias inolvidables. Comer en Estocolmo es realmente un viaje por los sabores tradicionales nórdicos, pero también una exploración de las influencias internacionales que hacen de la ciudad un crisol de culturas.